La inteligencia emocional se define como la capacidad para entender y gestionar las emociones, las propias y las de los demás. Si aplicamos esto en el campo empresarial podremos llevar a nuestra compañía al éxito. Y es que las cualidades emocionales influyen directamente sobre la capacidad de directivos y empleados y ello afecta a la productividad. ¿Sabes cuáles son las mejores técnicas para trabajar la inteligencia emocional? ¡Nosotros te lo contamos!
Qué es la inteligencia emocional y cuáles son sus dimensiones
Hace poco os hablábamos de la inteligencia emocional en los managers, de la importancia que tiene en el mundo empresarial y de cómo el hecho de gestionar correctamente las emociones puede llevar a una empresa a la cima. Hoy hablaremos de algunas de las herramientas necesarias para que lo puedas poner en práctica en tu empresa de herrajes.
Sabemos que la inteligencia emocional es la capacidad para controlar y entender las emociones. Y no solo eso sino que además hay que tener 5 cualidades o habilidades concretas:
- Conocimiento de uno mismo.
- Motivación personal.
- Control de sí mismo.
- Empatía.
- Aptitudes sociales.
Es entonces que nos surge esta pregunta ¿realmente se puede mejorar la inteligencia emocional? ¡Por supuesto sí!
Cómo trabajar la inteligencia emocional
La inteligencia emocional se puede y se debe trabajar. Solo así se podrá llegar a tener las 5 dimensiones de las que hablábamos antes. Aquí compartimos contigo una serie de herramientas de lo más sencillas y efectivas que te recomendamos usar en tu empresa:
Conoce cuál es la emoción que hay detrás de cada acción
En el mundo competitivo de hoy en día apenas hay espacio para las emociones. Pero lo cierto es que no podemos, ni debemos, eliminar las emociones, ni en el ámbito personal ni dentro de la empresa. La clave está en tratar de averiguar cuál es la emoción que se esconde detrás de una acción en concreto. Una vez sepamos si es tristeza, enfado o frustración porque, por ejemplo, hemos recibido una reclamación de un cliente, podremos entenderla y gestionarla.
Respira hondo y cuenta hasta 10 antes de actuar
El primer problema que nos encontramos a la hora de dar salida a la emoción que hay tras cada acción es la conducta impulsiva. Por eso, para poder trabajar en la inteligencia emocional, hay que pararse unos instantes, contar hasta 10 y luego actuar de forma calmada. Ante una disputa hay que pensar antes de actuar. Si las emociones quedan fuera de control podría interferir con la buena marcha de la empresa.
Cambiar la percepción de la situación
Una misma situación puede ser percibida desde puntos de vista distintos. Por ejemplo, un fallo en la logística de la compañía puede ser visto como un caos o como una oportunidad para conocer los puntos débiles y poner en marcha acciones concretas para mejorar. La incertidumbre y la preocupación darán paso a soluciones efectivas.
La ocupación puede desplazar a la preocupación
Si enfrentas un problema con la actitud correcta este decrece al instante. Trabajar en la inteligencia emocional quiere decir evitar el bloqueo emocional cuando algo no va bien. En su lugar, daremos paso a la ocupación y a la resolución de conflictos. Se trata de una competencia cognitiva que trabajándola se puede mejorar con el paso del tiempo.
Analiza el por qué de los demás
Inteligencia emocional también quiere decir conocer y entender las emociones de los demás. Otra forma excelente de desarrollarla es intentar conocer por qué los demás han actuado de una determinada manera, pensando en la reacción que está detrás. Buscando ese ‘por qué de las reacciones’ lograremos entender al resto del equipo.
Saber trabajar la inteligencia emocional se convertirá en un valor esencial para las empresas. El éxito de una compañía tiene su base en cómo los empleados reconocen sus emociones y las de sus clientes.
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