Planificar para el éxito o para la supervivencia

Cuando en el panorama se divisa una crisis, las empresas ya saben que, tarde o temprano, les va a afectar. Es en ese momento en el que se piensa en la planificación, ¿para el éxito o para la supervivencia? Y es que, por mucho que se prefiera planificar para el éxito y siempre orientado al cliente, la competitividad basada exclusivamente en los costes, muchas veces, parece una realidad más cercana para poder salir a flote.

Competitividad en tiempo de crisis: cómo encontrar el equilibrio

Situaciones complejas que viven muchas empresas hoy en día hacen que el objetivo principal de todas ellas sea la supervivencia. Por lo tanto, la meta que se plantean a corto plazo es la de ser más competitivos para así ganar a las otras compañías del sector y no perder ventas. Sin embargo, planificar para la supervivencia y no tanto para el éxito, entendido como una mejora de productos y servicios para ofrecer una mejor experiencia de compra al cliente, ¿en verdad merece la pena? ¿no se verá la reputación de la marca perjudicada?

Hay que planificar para sobrevivir, de eso no cabe duda, ¿qué compañía podría seguir en el mercado de no ser así? No obstante, por mucho que los malos tiempos apremien, si se planifica solo de esta forma, si se deja de lado al cliente, si nos olvidamos de la mejora continua, ¿cuánto tiempo tardaría una marca en desaparecer?

Las empresas que planifiquen para el éxito son las que más posibilidades tienen de sobrevivir

Cuando nos fijamos solo en los números, se deja de lado el capital intelectual. Los valores, lo que nos hace diferentes, únicos. Los aspectos sobre los que se puede mejorar y que son los que harían que los clientes tengan una mejor experiencia, que nos vean como líderes.

En los recursos humanos, las personas que trabajan para la empresa, la lealtad de los clientes, la innovación y las ideas de la compañía se esconde la clave del éxito, la respuesta a la pregunta de cómo salir airosos de la nueva crisis. Planificar aquí y no tanto centrados en los costes marcará la diferencia.

Planificar para el éxito: crisis también significa oportunidad

Cuando se empieza a oír en los medios de comunicación la palabra ‘crisis’ solemos entrar en pánico. No sabemos lo que va a durar, a quién y a cuántos va a afectar. ¿Sabías que para muchas culturas ‘crisis’ no es tanto una fatalidad sino una oportunidad? ¿Cómo podemos entonces salir de la crisis más fuertes de lo que entramos en ella? Planificar para el éxito quiere decir:

  • Contar con talento humano, asesores que sepan aportar ideas innovadoras y, además, disponer de las herramientas adecuadas.
  • Ser capaces de identificar las nuevas oportunidades nada más se presenten. De llevarlas a cabo antes que nadie, de medir resultados para saber si se va por buen camino.
  • Estar al tanto de lo que sucede. Recabar información que sea de ayuda para la toma de decisiones rápida ante una situación de crisis.
  • Destinar recursos a mejorar la calidad de productos y servicios para posicionarnos ante los clientes como líderes indiscutibles.
  • Asignar presupuesto a la gestión de la crisis antes de que esta golpee de lleno a la empresa.
  • Volver atrás y valorar lo que ya se ha hecho, es decir, aprender de los errores y de los aciertos.

 

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