Hay ciertas características de la cultura China que necesitamos conocer para poder hacer negocios de forma satisfactoria. Si no conocemos bien la cultura, el idioma o la forma en la que se relacionan los Chinos, es probable que nuestros negocios acaben fallando por algún lado. En IBMH tenemos más de 15 años de experiencia en este terreno, gracias a lo cuál podemos conseguir tratos rentables para ti.
Una de las cosas que más influyen en la cultura china, y por tanto con los negocios con china, es el Confucianismo. Ésta fue la doctrina oficial de China durante 2000 años, desde la dinastía Han (202 a.C.-220) hasta la caída de la dinastía Qing en 1911.
El Confucianismo legitima el sistema y asegura estabilidad, por lo que en China no hay polémicas ideológicas tan características en occidente. Sin embargo, esto también influye en el pensamiento Chino: frena la innovación que se da en Europa a partir del Renacimiento y no resuelve los conflictos de forma escrita, con juicios y denuncias, como en el estado Occidental. Por eso los contratos o compromisos escritos no tienen el mismo peso entre los occidentales y los chinos. Además, debido al rechazo de los letrados por los altos cargos económicos, los chinos tienden a hacer negocios con sus familias, redes que funcionan como circuitos por los que circula el capital.
Por otro lado, la cultura y el lenguaje afectan a la forma en que hacemos negocios en China, ya que esta civilización china se ha desarrollado de forma independiente a nuestra civilización. Nuestras trayectorias históricas, nuestras referencias, nuestras realidades socio-políticas son diferentes y, por lo tanto, todo lo que pudiera parecer idénticos en las culturas de Europa y China resulta ser muy diferente cuando lo analizamos más profundamente.
Por tanto, la importancia del conocimiento de China, su historia y la forma en las que se relacionan es básica para hacer negocios.
Hay muchos conceptos de lengua y cultura china que son diferentes de la forma en que los conocemos en Occidente. Por eso, cuando los líderes en un negocio entre China y UE se reúnen, la mayoría de las veces están hablando dcon sus propios conceptos, lo que provoca muchas contradicciones y malentendidos.
En resumen, la inversión en el extranjero, la construcción de fábricas e infraestructuras es la parte más fácil para conectar China con UE, pero es con la compra de piezas “concretas”, pequeñas, donde radica la dificultad, donde el lenguaje y su semántica juegan un papel muy importante en las negociaciones.